jueves, 23 de junio de 2011

Aviones


Gritar palabras de amor si se está enamorado, o gritar palabras de odio cuando se está lastimado, muchas veces es lo segundo, muchas veces no te quieres levantar de la cama, muchas veces son cráteres tan profundos que es necesario vomitarles sonidos cargados de locura, muchas veces es suplicar, muchas veces es llorar, es decir con el corazón en la mano que olvidar es comenzar e intentar no perderse en la analogía de ciudad y caos interno.

Estoy seguro que Antonio y Federico se conocieron alguna vez, seguramente dijeron algo nuevo pasará, que debían dejar la banca y no desfallecer, que debían seguir adelante, cambiarse el nombre y contar su experiencia, que con suerte su historia sería escuchada, no solo por sus perros, sino también por aquellas que rompieron sus corazones, así muchos digan que son misóginos.

Aviones es más que una banda de amigos, es una historia de cotidianidad, de seres que afrontaron una época donde la mejor manera de ser rebelde era empuñando las armas que mejor conocían, sus cuerdas, y le gritaban a la inconformidad, a una ciudad violenta, a sus desamores, a sus anhelos, a sus esperanzas, a las madrugadas de cigarrillos y al regreso de días mejores.

Aviones juega a la búsqueda interna, juega a hacer la música que nos gustaría escuchar, juega a homenajear a los grandes, a los ídolos, a los que enseñaron que la música puede llegar a ser poesía cruda envuelta en sonidos crueles y aún así ser hermosa, porque se asemeja a la condición humana: llena de contrastes.

Podría decir que se trata de un sonido Vintage, crudo, denso y experimental, no tienen apellido, y si se tuviera que ponerles una etiqueta, yo les pondría visceral, porque al fin y al cabo es música, no es popular, porque a no todos les gusta la verdad, son arriesgados al incendiarles el alma a las personas que han hecho daño, no les temen a los comentarios de los facilistas, de los que piensan que la música está hecha para ser comercializada como un producto desechable sin contenido, no tienen miedo de ser políticamente incorrectos, no tienen miedo de mostrar su lado más vulnerable, no tienen miedo de ser ellos.

También podría decir que su sonido tiene una carga emocional, podría decir que es punk, podría decir que su música sutil, elegante, melodramática, culpable, admirable, que es una puñalada a la tristeza, que si los escuchas en un reproductor de música experimentaras un viaje, pero que debes abordarlos en vivo, allí serías testigo del rito de exorcismo, de la fuerza y la furia que solo los escenarios pueden brindar, como lugar de comunión y sacrilegio, donde se libra una batalla contra los demonios internos.

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